Era verdad cuando él te decía
que tal vez no era merecedor de tu cariño...
pero claro, no deseabas que fuera cierto.
Por más amables que hayan sido tus intenciones,
por más intentos de convencerte de que esa verdad
podría ser solo un menosprecio de sí mismo,
era verdad absolutamente.
No merece tu amor;
no mereces menos de lo que intentas dar.
Mereces todo aquello que tratas constantemente,
mereces esa clase de amor que te esfuerzas por perfeccionar...
Ni mereces, ni te conformes con menos de lo que das
y de lo que aspiras a entregar con ternura...
¡Era verdad!, por si no lo sabías...
Era verdad, que no es lo que mereces.
Así como hay caminos que
por más que los queramos recorrer
son imposibles,
así hay personas que no son nuestro camino.
Así que acepta lo que lleva mucho tiempo
susurrándote en el pecho el corazón...
Presta atención a la agonía de un amor mal correspondido
y pon un punto final,
para seguir viviendo cada día verdaderamente