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18 de marzo de 2022

Avistamiento OVNI en Sinaloa, 30 años en el tiempo

Imagen ilustrativa 

No se trata de una historia que me hayan contado, sino una experiencia personal. (Las imágenes que vas a ver en esta historia son meramente ilustrativas. No hubo captura de imágenes de ningún tipo.)

Por lo tanto la narraré tal como ocurrieron los hechos desde mi perspectiva, porque en es ocasión fuimos dos los testigos, aunque éramos aún niños, mi hermano mayor y yo.

Debe haber ocurrido alrededor de los años 1992 a 1994. No tengo plena certeza de la fecha, pero aproximadamente mi edad sí, tenía yo entre 10 a 12 años en ese entonces.

En esas fechas yo no llevaba un registro diario de mi vida, actualmente hago lo posible de llevar diarios que alimento constantemente con los sucesos que ocurren alrededor de mi de las que soy testigo o que ocurren en mi tiempo como la guerra, muerte de personas, hechos históricos relevantes (a grandes rasgos) pero sobre todo hechos personales es lo que registro en mis diarios.

Pero como he mencionado, en ese entonces no llevaba un diario de mis acontecimientos, por lo que no puedo tener la certeza del día exacto, el año, o el contexto sociopolítico, aunque sí algunos detalles mínimos como el clima y la hora aproximada.

Tampoco teníamos una cámara fotográfica o de video, eso no estaba en nuestras posibilidades de ninguna manera; no existían los teléfonos celulares en nuestro entorno, ni las computadoras. Nada con qué grabar o compartir era posible para nosotros en esa época. Solo nuestra palabra y memoria.

Pues bien, una noche entre aquellos años de mi infancia aún, mi hermano mayor, que entonces debe haber tenido unos 14 años me llamó afuera de la casa. Él estaba muy emocionado con lo que había descubierto y quería que yo también lo mirara. 

De no haber sido por él yo no habría sido testigo de lo que estaba sucediendo; algo que yo nunca antes había visto ocurría en el cielo.

Corrí detrás de él hacia la parte lateral izquierda del patio, casi frente a nuestra casa y viendo hacia el cielo mirando sobre la calle que corre frente a la casa, observamos un montón de luces como estrellas que salían de una luz un poco más brillante.

Podrían haber sido fácil una treintena de "luces", quizás más, que se desplazaban de forma no convencional a las naves aéreas que conocíamos entonces.

No eran aviones, por la velocidad de su desplazamiento y la manera de detenerse en el espacio; tampoco eran helicópteros, por las mismas razones. Nosotros habíamos visto muchos aviones y helicópteros en el cielo y de ninguna manera realizaban los movimientos que esas luces. 

Entonces no conocíamos los llamados drones de la actualidad, pero aún así, la velocidad a la que se desplazaban del punto A al B hacían una pausa en su recorrido, seguían lento y luego regresaban al punto A a la velocidad que mi dedo índice señala sin frenar o dar vuelta.

No se distinguían ruidos o sonidos provenientes de las naves, porque sabíamos que eran naves. Realmente se veían muy lejos de nosotros, pero los veíamos y distinguíamos que no eran naves corrientes de esta Tierra.

Posteriormente las luces comenzaron a hacer formaciones. Iban en un sentido y se detenían en seco y volvían a su origen una velocidad que apenas nuestros ojos alcanzaban a ver. Pero había muchos, formaban entre ellos triángulos, es la forma geométrica que reconocí de inmediato.

No recuerdo haber visto que hicieran otras formaciones geométricas como cuadrados, rombos o cualquier otra, sino que otro movimiento que hacían era que parecían meterse de una en una dentro de una mayor que era invisible a nuestros ojos, o no alcanzábamos a verla, porque todas desaparecían en un punto fijo, como si ese fuera una entrada. Luego salían, como hormigas de un hormiguero, en orden, de una en una.

A veces parecían danzar, porque se desplazaban lento, luego agregaban velocidad y posteriormente se detenían, volvían, eran movimientos impredecibles a mi ver.

Así estuvimos mucho rato observando el espacio hasta que se fueron apagando una tras otra y no volvían a encenderse. Hasta que ya no fue posible ubicarlas por ningún lado. Hasta que quedaron solas las estrellas inamovibles en nuestro firmamento y esas naves brillantes se marchaban unas dentro de la nave mayor invisible y otras yéndose como si fueran estrellas fugaces.

Tras un rato de espera a que volvieran a aparecerse, nos dimos por vencidos.

Ignoro el tiempo que estuvimos presenciando ese fenómeno, pero cuando comenzamos a verlas deben haber sido alrededor de las 8:00 de la noche, porque ya estaba totalmente oscuro.

No había nubes que entorpecieran nuestra vista de lo que estaba ocurriendo, no hacía frío que nos obligara a meternos a la casa. No sé si nuestros padres no estaban en casa o ya estaban durmiendo esa noche, pero ellos no se enteraron de lo sucedido, al menos yo no les conté nada, ellos tenían sus propios quehaceres y asuntos que me hacían pensar que un asunto como este no era de su interés.

Una vez que nos dimos por vencidos, cuando ya no volvieron a aparecer las naves y nos regresamos al interior de la casa, en nuestro cuarto, no podíamos simplemente dormir.

Muchas ideas nacieron de mi cabeza a raíz de esa experiencia y no podía simplemente contenerlas ahí dentro. Por horas estuve charlando con mi hermano sobre muchísimas hipótesis que iban desde los orígenes y la historia de la humanidad, hasta cómo se hicieron los milagros de Jesús y quién era él.

Era apenas una niña que no sabía casi nada de la vida como es en realidad, pero esa noche mi creatividad estaba potenciada por ese fenómeno. Pude recorrer el tiempo con mi mente en unos minutos y explicar a mi hermano muchas cosas que aún la ciencia no da por hecho cómo es que fueron. 

No sé si yo fui la que habló y habló mucho esa noche hasta ya más no poder y quedar dormida en la madrugada o fuimos los dos hablando y hablando, pero por alguna razón solo vienen a mi mente mis argumentos y explicaciones, mis ideas, mis hipótesis y mis "teorías" de muchos otros fenómenos que ocurren en el mundo.

Desde ese día me convertí en una asidua observadora del cielo y no fue la única vez que logré ver los denominados OVNIs. Más adelante pude ver otros fenómenos y avistamientos, de diferentes formas y a diferentes horas del día o en otra ciudad.

Como testigo de estos fenómenos siempre he querido investigar más. Me da mucha curiosidad todo lo que tiene que ver con estos acontecimientos que han tenido la etiqueta de inexplicables; quizás más adelante puedan llegar a leer algunos otros textos acerca de mis experiencias de este tipo que de manera sutil he simplemente comentado con amigos o familia, quizás alguna vez en redes sociales, pero no de manera más explícita.

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