No descansaré ahí...
Descansaré en el aire
En el ruido de las hojas de los álamos
En las lunas de octubre
En la lluvia de septiembre
Descansaré en el calor del sol en un día de enero
en la espuma de las olas en una playa solitaria
En el atardecer de regreso de un cansado viaje
Descansaré en tu corazón siempre
en la paz de tu recuerdo
evocado por mucho
Porque el aire disipa mi ahogado silencio
y me arrulla el sonido de aquellas hojas cuando chocan por el viento
el cielo se convierte en la pantalla esplendorosa de diamantes y cometas,
de fenómenos que me llaman para atestiguar su paso;
porque esa lluvia sana la tierra y mi espíritu se sincroniza como danza,
la tibieza del sol de invierno consuela con esperanza mi espalda
y la orilla del mar trae a mis pies una pieza de ti que me hace falta,
cuando más la necesito de vuelta...
Vendrá tu nombre a escribirse en la arena de nuevo
una última tarde
y estará el mío en paz
descansando en esta trama perfecta
en absoluta paz
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