GRACIAS 🦊

7 de febrero de 2018

Pedazos de migrante

Mexicali...

Ella me ama, ella me adopta, ella me enseña.
Me desaburre de mi rutinaria vida solitaria,
me llena de creencias y  de sueños sin límites.
Me hace amarla, ella me ama...

Sé que hay un misterioso destino escondido
de mi capacidad de  confiar en esta ciudad,
aún cuando lo descubra no lo creeré completamente,
indagaré a Mexicali.

Indagaré  tus callejones sin luz,
indagaré cada señal de vida
detrás de la oscuridad desvanecida por el brillo
que se filtra hacia los sótanos de antaño
abandonados bajo tu corazón.

Pero tu crees en mi.
Apoyas mis teorías y mis creencias; l
lenas mi alma de hipótesis vivientes,
a mi corazón de sentimientos multiculturales,
de todas naciones y de todos credos...
Y aún así me sigues queriendo;
aun así no me abandonas,
no te has ido de mi, nunca lo has hecho...

Pero persistirá mi idea de aprehenderme de ti,
de hacerte Mexicali una extensión de mi alma
para no mutilarme con los trenes de mis sueños
que derraman mi sangre como versos.

Mientras mas tiempo paso dentro de tus límites,
mientras más te conozco y te aprendo,
mas me adueño de ti, más quiero,
deseo desprenderme y a la vez no lo deseo.

Y es que cada vestigio de ti
se sujeta a quiméricos recuerdos
de imperceptibles rostros que recogí
en las noches y días que me perdí en ti.

Se enganchan de mi las nostalgias
de tus melodías, olores y climas,
de búsquedas y encuentros de tantos sueños americanos rotos,
con pies desnudos anclados al asfalto,
al pasto, al pavimento, a toda la ciudad y sus pedazos;
a todos los rincones de tu fértil desierto
que ha hurtado la miseria de los seres,
los ha perdido y los deja regresar.

Una parte de ti se incrustó para siempre
en la fecundada soledad que se escapaba de mi alma,
se integró totalmente al cuerpo humano que poseo,
algo nuestro, tuyo y mío, que no puedo desprender
porque no quiero, porque es la parte de ti que mas quiero.

No pudiste regalarme algo más bello
que un hijo de la frontera,
un pacífico hombre o mujer que es una pieza de ti mi tierra amiga;
algo de tus brazos y tus piernas,
de tu espíritu libre cachanilla;
una mínima expresión de tu amor por mí,
un magnífico hijo que crecerá de ti, en ti, para ti.

Un ser que no duele parir
porque es concebido de un extraviado sueño
que cruza cada calle y mira todos los rostros,
evita los miedos porque sabe que es dueño de ti,
un sueño lejano y cercano a la vez,
esperanzado y paciente en tu lecho.

Eres fiel amiga frontera, no me traicionas,
te volviste mi cobija y mi refugio
en las heladas sendas nocturnas que se topan conmigo
cada noche en cada esquina.

Mas soy libre en la ciudad indetenible,
unida al muro por voluntad propia,
libre al fin que nada me limita,
ni siquiera el borde por el que asomo no faz todos los días.
Y conoces mi idioma que es el mismo que es de tantos,
porque a los exiliados nos escuchas,
nos llamas por nuestro verdadero nombre de migrantes,
nos aceptas y adoptas.

Eres mi gran hogar ahora.
Si me alejo solo pienso en mi casa cachanilla
y me hacen falta mis sobre ruedas y mis cuarterias
estando lejos de noche o de día.

Mexicali tu me amas, hoy lo sé...
Tantas veces renegué de tener que volar hacia este nido,
tanto tiempo sin abrir mi corazón para sentirlo palpitar en tu centro.
Hoy sé que me amas porque me dejaste odiarte,
me dejaste maldecirte, me dejaste abandonarte,
y me recibiste de vuelta con una fiesta,
con takatakas y declamaciones bohemias.

Ya soy como un hijo más tuyo,
uno que siempre vuelve para quedarse,
uno que derrama sus versos como sangre
en los trenes que de madrugada te parten en pedazos migrantes.

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