GRACIAS 🦊

12 de febrero de 2018

Por si...


No hay temor en la muerte y en la vida tampoco. Si perece mi cuerpo es el momento correcto del suceso. 
Pareciera desgracia y dirán que no es justo, pero justo y perfecto es el segundo en el que deja la esencia el frasco para integrarse al todo. 
Solo me iré cuando mi misión haya terminado, aunque parezca que tenía todo de mi lado para seguir luchando, triunfando, soñando, respirando... 
y parecerá injusto pero no, repito, es que no todos saben lo que hago cuando no me miran los ojos conocidos, que le río a un extraño, escucho a las personas, regalo lo que me pertenecía a quien nada le pertenece. 
Cuando nadie me mira coqueteo con el aire, con el cielo, bailo en silencio en un sueño de día o de noche, despierta, platico con los árboles y con los insectos. 
Es que yo no sé si de esa manera cumpla mi destino, lo ignoro, puede ser que así sea, que recoja la vida eterna el néctar de mi presencia aunque parezca que tantos sueños quedaron rotos a la mitad de una siesta de mediodía. 
Es que no tengo control del tiempo que me queda, solo controlo mi alegría de vivir y mis ganas de cumplir lo que sea que vine a hacer, además de ser feliz, a intentar, a sentir, a perder y ganar, a llorar y reír. 
Y pido algo modesto, respeto por mi cuerpo, por la decisión tomada de ser convertido mi cadáver en nada, el polvo cenizo que parece plata al sol cuando se va integrando al mundo de donde salió...

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