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21 de febrero de 2019

Si no conoces a Don Sóstenes, no conoces el Mercadito Independencia


Si usted ha ido al mercadito Independencia y no ha conocido a don Sóstenes, haga de cuenta que no vino, porque por muchísimos años él ha sido quien trajo entretenimiento mental para personas que, en sus ratos libres, podían echarle un ojo a las “novelas” sin tener que prender ningún aparato, sin que se acabara la pila.


Don Sóstenes Peña Jiménez, también conocido como "Pachote" es un comerciante con 74 años de edad que es una reliquia humana en el popular Mercadito Independencia de Los Mochis. Esto tanto por su calidez como negociante, como por los años que lleva ofreciendo a los clientes la oportunidad de disfrutar de buenas historias a través de la literatura.

Aspectos del local ubicado en el Mercadito Independencia de Los Mochis, al fondo Sóstenes Peña Jiménez, "Pachote".
Su pequeño local se encuentra lleno de libros, manuales de oficios y manualidades, cultura general, obras clásicas de la literatura y hasta revistas gráficas para los que prefieren más imagen y menos texto y entre estos se ve uno o dos ventiladores en reparación, lo que hace mientras espera la llegada de quienes aman aún el olor a libro, la textura de sus páginas.

En su negocio actualmente los libros más buscados son los de superación personal, pero también ofrece manuales, diccionarios, revistas de manualidades, libros de oficios como reparación de motores, obras de literatura clásica como la Guerra y La Paz, El Principito, historias y leyendas, entre otros.


Pionero y revolucionario


Se ha dedicado a este negocio desde hace más de 4 décadas y en términos de referencia, él es el primero en traer a esta ciudad la modalidad de canje de libros que logró ser todo un éxito en sus mejores tiempos.



La primera literatura que Sóstenes comenzó a ofrecer fueron las revistas gráficas populares de aquella época, el Libro Vaquero era el más vendido, pero también se consumía pronto el libro policiaco y poco a poco comenzó a hacer funcionar de manera exitosa la modalidad del canje de libros que se le ocurrió cuando traía en cartones de huevos cientos de estas revistas.



“La gente venía a veces con diez revistas de estas para cambiármelas por otras nuevas y yo les cobraba solo 1.50; era poquito. Los que traían más eran los que venían hasta con 30 revistas, también les daba precio. Después empecé a introducir otro tipo de libros que la gente me iba pidiendo, de remedios, cultura general, manualidades, superación…”

Fue en aquella época cuando las vecinas se intercambiaban entre ellas las revistas de historias amorosas o eróticas. Circulaban por doquier las novelas gráficas que don Sóstenes traía en cajas desde tianguis de libros de Guadalajara para comercializar en esta ciudad y la gente llegaba por montones a su pequeño negocio ubicado en el mercadito Independencia.



Considera que no en vano ha pasado el tiempo y los progresos en materia tecnológica son unas de las razones, pero no una justificación por las que ya no se lea tanto: “Son los tiempos de ahora los que la tecnología nos está rebasando, precisamente por eso hay menos venta de libros.”

La venta de libros representa su fe en el lector, porque espera paciente cada día a que lleguen esos clientes por los que mantiene cientos de piezas en espera de ser abiertos y leídos y mientras eso pasa, porque este comercio ya no deja para vivir, se dedica a la reparación de abanicos, microondas, licuadoras, taladros…


Algunos libros adquiridos en el negocio de Don Sóstenes.

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