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11 de julio de 2019

Experiencia paranormal en clínica del IMSS

Mientras estuve en el hospital con mi papá durante tres días, tuve una experiencia que llamaré paranormal


Dicen que los hospitales están llenos de energías debido a la naturaleza del lugar donde la muerte siempre está presente. Eso quizá hace que estos lugares aguarden energías, espíritus, ánimas...
Durante los días que estuvo internado mi papá lo acompañé.

La primer noche fue sumamente pesada porque mi papá no se sentía bien y le dieron medicamentos para drenar líquidos de su cuerpo, por lo que toda la noche lo estuve llevando al baño a que orinara, solo que a veces los baños estaban ocupados y teníamos que esperar.

En una de esas veces pasó algo extraño. Yo ya había escuchado antes a alguien reclamar que la puerta se había cerrado con seguro y que no podían abrir, pero hasta que lo viví empecé a atar cabos y entender que era lo que pasaba.

En esa ocasión mi papá entró al baño como la 40ma vez y cerré la puerta por fuera cuidando afuera a que nadie entrara. De repente lo escuché decir
-Ya ábreme.


Quise abrir y me di cuenta que estaba puesto el seguro por dentro, estaba cerrado.
-Abre la puerta- me dijo de nuevo, su voz era la de un hombre viejo.
-Apà-, le dije -muévele al seguro, aplasta el botón o dale vuelta, no sé como esté, no te desesperes, si no puedes orita abro.
Volvió a decir:-Ábreme, ya quiero salir, me quedé encerrado...
Varias veces me dijo y me sentí desesperada por un momento, entonces saqué de la mochila una tarjeta de banco para hacer el truco y apenas iba tocando el seguro por entre la puerta cuando se abrió, giré la perilla y... Mi padre seguía orinando, así que solo emparejé un poco la puerta sin cerrarla, pero me quedé pensando confundida, porque habría jurado que era de mi papá la voz, pero no, mi papá ni había puesto el seguro por la prisa de orinar, además, esa voz se oía detrás de la puerta.

Otra ocasión pasó lo mismo, solo que esta vez yo ya no cerraba la puerta, solo emparejaba y me quedaba sosteniendo la perilla. Escuché otra vez decir "ábreme, me quedé encerrado, ábreme ya", y caí de nuevo pensando que era mi papá y no, solo abrí poquito la puerta para constatar que él estaba ahí pidiendo que le abriera pero no, él seguía en lo suyo en el inodoro.

La última vez que escuché esa voz de un viejito pidiendo ayuda fue cuando fui sola al baño. Me acerqué al baño de hombres porque escuché de nuevo la misma petición...
" Ábreme, me quedé encerrado, ábreme, ya quiero salir" ...
Entonces al acercarme pregunté: Está ocupado? Nadie contestó. Giré la perilla y abrí, adentro no había nadie, físicamente al menos.

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