Te inventé

 

“Si imagino que estoy sentada aquí, trabajando a tu lado, hasta este horrible trabajo se convierte en algo hermoso. Trabajar se vuelve soportable.

Estoy haciendo un papel. Actúo como una mujer que es amada. Una mujer sin defectos.

Por ahora, amo a alguien, y ese alguien me apoya. Así que quiero imaginar que estoy en paz

Ya estoy viviendo los momentos felices que pasaré contigo.

Así es como quiero verlo. En vez de pasar los momentos difíciles y agotadores sin ti, ¿no es más admirable que encuentre la fuerza al pensar en ti?

Viviría la misma vida mundana y nadie se interesaría nunca en mí. Siento que si vivo así mucho tiempo me marchitaré y moriré… Por eso te inventé, a ti, a quien conoceré algún día.

Para ti al menos, yo no sería tan ordinaria ¿verdad?

No sé quién eres. Ni siquiera sé dónde estás y, no te he conocido…

¿Quién eres? ¿Dónde estás?”

(de: Mi diario de liberación/serie #나의 해방일지) 

Guamúchil

Guamúchil

Así se llama este fruto de un árbol espinoso natural del noroeste de México que puede crecer y proliferar en el monte o cualquier lugar ya que sus poderosas semillas germinan con fuerza adhiriéndose a la vida donde se le permita brotar... Tiene una textura crujiente, esponjosa, de fibra poco jugosa y sutilmente dulce como la jícama, pero sin jugo, que deja una sensación de ligero escaldado en la lengua y en las mejillas interiores.
Entre más maduras están, más dulces son, pero al mismo tiempo su textura va cambiando. (Ojo, la cáscara no se come)
Hay a quienes les gustan muy maduras, otros más "poposagüis", porque disfrutan su textura crujiente al masticarlas, que se pierde cuando maduran de más.
Es una de las delicias del monte, del rancho, que también he podido descubrir en la ciudad donde se le ha dejado crecer.
Dicen que es una mata corriosa... sí es cierto, pero noble para darnos de comer una delicia que sabe a recuerdos de cuando éramos niños, los que la conocimos entonces, que con sus semillas armábamos collares y pulseras atravesadas por una aguja con un hilo... Los Migueles hasta en canción honran al árbol y claro con ellos sus raíces sinaloenses primeramente, porque no puedo decir que es una planta exclusiva de Sinaloa ya que la he encontrado en otros estados donde me ha tocado vivir y por fortuna apiar los guamúchiles hasta ahogarme con su carnita, so pretexto sacar una lágrima y decir que me estaba ahogando, cuando en realidad extrañaba mi ranchito.
Gracias Dios por estar aquí para apreciar y no añorar El Fuerte, Pueblo Mágico de Sinaloa.

Pasar

Lo sabía desde el primer momento 

mi pecho estaba lleno de gozo 

por la energía invisible

y

lejos de darme rabia lo efímero de esa naturaleza 

quise ser poseída por el sentimiento

la euforia entró y la dejé hacer pedazos mis líneas rectas

diseño perfecto

dos perfectamente 

y me tenía que arrancar a la brevedad la embriaguez 

Fue sí, breve la dicha y el gozo, pero total ya lo sabía...

Arranco el gozo con desdicha 

Pero yo lo sabía y asumo esa parte

En la que acepto que debía pasar

Como pasa la vida

Como pasa el tren de madrugada y dejo que se vaya con todos sus pasajeros y destino que no es donde estoy parada

Y lo dejo pasar con alegría y pesar

Y lo dejo entrar y lo despido de mi

Se va alejando mi felicidad

Pero por un momento pude ser feliz