Along time ago, in a galaxy (land) far far away... tuve un (de muchos) momento de felicidad.
Recuerdo ese momento en particular debido a que, era tan grande, tan gozosa e indescriptible mi felicidad que sentí que me había transformado por dentro y por fuera... entonces corrí a verme al espejo y pude ver esa metamorfosis resultado de tan maravillosa experiencia.
No conforme con eso, quería, deseaba con toda el alma que esa felicidad indescriptible se quedara conmigo y bueno, vienen los espoilers, No se quedó conmigo por siempre y para siempre, pero continúo con mi relato.
En aquel entonces ya tenía una cámara digital, no un teléfono con cámara, pero sí algo para captar esa cosa que estaba sucediendo en mi.
Al sentirme asi, quise capturar en una fotografía mis sentimientos transformadores y que de esa manera se quedara algo, una prueba de lo que hizo esa felicidad en mi ser.
Esa foto estuvo conmigo mucho tiempo como evidencia, pero de alguna manera desapareció de mis archivos digitales, así como con el tiempo, la felicidad parecía un niño en un carrusel que no se detiene.
Sin embargo, pese a haber perdido mi evidencia no tangible de la felicidad, no puedo olvidar cómo corrí a guardar una imagen de mi en ese instante deseando que fuera perpetua.
Todos los días tenemos, un motivo al menos, para luchar por conservar o alcanzar la felicidad auténtica... A veces ser feliz es un acto de decisión. Cada uno de nosotros tiene experiencias diferentes con la felicidad y cuando se presenta o la alcanzamos, o la descubrimos, cómo sea el caso, deseamos con el alma que se estire en el tiempo su permanencia en nuestras vidas.
Una imagen de mi felicidad en este momento que no tiene que ver con cosas temporales o tangibles, y podrían pensar que no hay nada fuera de lo común, no sale un halo, alcoiris, estrellas, corazones, luz enceguecedora, ángeles, música, nada de eso... solo soy yo feliz... y aunque no dure para siempre y aunque a muchos les moleste, y aunque no parezca, lo importante es lo que perdura, el deseo, la alegría, el recuerdo, el propósito, la fe, y mucho mucho qué agradecer a Dios.
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