GRACIAS 🦊

31 de diciembre de 2016

La amante derviche



Esta mañana el gallo no tendrá qué lamentarse
porque he quedado con la noche para contar sus brillantes pecas.
Vi desfilar nubes frente a la celeste candela de octubre:
un engranaje de sombras deslizado por el
motor silencioso del viento.
Con encajes divinos coqueteaba tímida la luna.
La seguí con la mirada para hacerla mía
y me apropié de ella.

Me di cuenta de la noche:
no llorará el gallo por la mañana.
Ahora mismo estoy jalando el telón para finalizar la escena.
No tiene que despertarme de súbito rasgando su garganta por la pena.
Sé que angustia a los seres la indiferencia nocturna que conviene al cansancio,
a los ojos y a los sueños.
Hoy me he quedado despierta.

Ya viene el protagonista del día
arrojando hacia el cosmos su ego voluptuoso.
Pero anoche, fue mía.
Todas las luces se enfocaron en la bóveda,
transparentes y frescas como arroyos tiernos.
El mantra de los sapos, repetido en idioma de grillos y de lobos.
El espectáculo, enriquecido con miradas diminutas,
temerosas y salvajes, brilla.
Grandes y extrañas telarañas enredan el infinito al que no llego.
Ovacionaron cantos y rezos los místicos seres que contemplaron mi éxtasis
por aquellas noches que el gallo cada amanecer me echaba en cara no haber visto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios