He aprendido

Hace tiempo que sabía perder,
sobre todo perder el tiempo con gente que no lo merecía...
Había perdido incluso
las ganas de volver a enamorarme;
sabía perder el equilibrio y estallar;
la dignidad;
la belleza física y espiritual....
todo estaba escondido.
Solo esperaba a que me impactara la realidad.

Pero con el tiempo supe
cómo caer en lo más profundo,
cómo morir en un instante,
cómo enmudecer ante el dolor,
cómo enterrar los recuerdos.

Cómo dejar de ser yo y ser otra persona,
fingir dureza, crearme una
coraza
para intentar protegerme de ser lastimada.

Y de todas esas caídas,
de todos esos fracasos,
de mis intentos de amar y ser correspondida,
de mis intentos de ser aceptada, también aprendí.

He aprendido a recuperarme a mi,
a recordar quien soy y quién quiero ser,
para honrar las edades que hay en mi interior,
sobre todo la niña que nunca se fue.

He aprendido a decirle No
a la gente que he amado,
en quienes he confiado,
a quienes he tenido que soltar.
He aprendido a ahuyentar a la gente que me ha lastimado.
He aprendido a estar sola entre la multitud
y aceptar un abrazo.
He aprendido que duele vivir...
porque cuando no duele estás muerto;
la sensibilidad y la vida parecen ir de la mano.

He aprendido que soy yo quien me otorgo mi propio valor.
Solo siendo yo misma puedo cumplir mi destino,
solo siendo yo misma puedo ser realmente feliz,
solo siendo yo misma se cumplen mis deseos.

Si escondo quien soy en realidad
tendrá que escribirse un destino distinto,
uno que se parezca a la máscara
que estoy utilizando para esconder mi yo,
por temor a decepcionar a los demás,
por tratar de hacer feliz a las diferentes personas,
con todas las máscaras distintas que pueda cargar
para intentar satisfacerlas.

He aprendido que la felicidad
es en realidad mi verdadero y único objetivo
y que todos lo días puedo decidir si sigo luchando
por mantenerme de pie,
por correr hacia la felicidad,
por ser quien realmente soy.
Voy contra esa corriente
que me arrastraba por un destino que no me pertenece
y que lo escribe el mundo entero excepto yo.

No todo está escrito.
El camino no siempre está trazado para andar en él.
He aprendido que quiero seguir adelante
marcando mi destino,
eligiendo la ruta por la que quiero caminar
para escribir a mi gusto esta historia
de elección y responsabilidad.