INSOMNIO Capítulo Cartas a X

He despertado exaltada a mitad de la noche.
El viento de la madrugada traía mucho polvo.
El cielo se había cubierto
de una acolchada parvada de
traviesas nubes grises:
me arrojaron agua al rostro para despertarme y lo hice,
pero aterrizó un pensamiento
con el vaivén de una pluma de ave que cae...
Lo recogí.
Decía que te sigo buscando en cada rostro,
en cada lugar,
pero que quizás sí estés ahí.
Me emocioné a tal grado que vi lo malo bueno,
justifiqué mis infidelidades pasadas y futuras,
podría volver a verte.
Ayer miré tus cabellos
en la cabeza de otro muchacho,
lo contemplé discretamente
pero solo eran unos cabellos
no había rastro de tu escasa sonrisa,
de tus labios con tu voz de un solo tono,
en un instante supe que no estabas.

Ahora que he despertado de manera abrupta
temo que comienzo a enloquecer,
a perder el control de mis ideas un poco
pues he creído la posibilidad de verte
mañana cuando despierte,
después de abrir los ojos
que habrás de tocarme
y sentiré de nuevo amor en el cuerpo,
que te apiadarás y volverás
materializado nuevamente
con otra carne y rostro,
pero lo sabré.

Júpiter y Venus
han sido ridiculizados:
las nubes han jugado a ocultarlos de mi mirada.
Comenzó a llover una brisa inspiradora.
Tomarás el lugar de alguien que me desea
y no permitirás que deje de ser amada.

Mi corazón me ha dicho que has esparcido tus pedazos.
Intentaré recogerlos para reconstruirte
para que puedas frente a mi decidir si me dejas
escuchar tu misteriosa última palabra.
Me has dejado incompleta,
posiblemente has huido con mi nombre en tus labios
en tus pensamientos, en tu corazón.
¿quién soy?
Solo sé que te busco confundida
enredadas tus piezas a mitad de las sonrisas
de desconocidos que pasan,
entre los rizos de un muchacho,
en el aroma de un cuerpo
que no es el tuyo.
Guíame donde pueda completarte
no me despiertes en vano a mitad de las noches.

Fragmento de "El hombre que despertó vomitando ceniza" Graciela Tapia Corrales